España es sin duda un país poseedor de grandes vinos, con numerosas denominaciones de origen y cuya calidad es reconocida más allá de nuestras fronteras. Sin embargo, una de las zonas que destaca especialmente por su riqueza vinícola es la de la Rioja, ubicación en la que enraízan nuestros viñedos, concretamente en la población de San Vicente de la Sonsierra (Rioja Alta), cuya economía está muy ligada al mundo del vino actualmente.
El paraje idílico, habitado desde el Neolítico y bañado por el río Ebro (al sur), reúne las condiciones climatológicas imprescindibles para el cultivo de la vid, en una altitud variable que se mueve entre los 429m del valle, hasta los 1.200m en lo más alto de los montes. La Sierra de Cantabria (al norte) cobija de los vientos y las nubes, reduciendo la afluencia de lluvias, pues los viñedos no precisan de una gran cantidad de agua para su supervivencia.
Todas estas características han llevado a San Vicente de la Sonsierra a ser considerado por algunos como “la milla de oro del vino”, donde destaca especialmente la variedad de vino tempranillo, la de nuestro vino Primus Hondo. En el siglo pasado, la falta de una infraestructura para almacenar y vender los productos vinícolas hacía que los agricultores tuvieran que vender su uva a las bodegas predominantes. Sin embargo, a lo largo de los últimos años, han ido apareciendo más y más grupos bodegueros (más de 30 en la actualidad) como es el caso de Salvat & Peciña Wines, obteniendo resultados realmente excelentes y valorados a nivel internacional.
Los vinos son esos tesoros de la tierra que se resumen en cultura y arte bien guardadas en el interior de una botella. Es por ello que resulta tan interesante conocer sus orígenes, pues forman parte de su esencia y hacen que podamos conectar un poco más con el vino cada vez que lo vertemos en una copa.
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