Cuando nos ponemos delante de una copa de vino, la olemos y acabamos degustándola, automáticamente nos vienen en mente un cúmulo de sensaciones directamente del paladar, que nos permiten calificar el vino y poder responder cuando nos preguntan: ¿A qué te sabe? Sin embargo, es posible que nos quedemos en lo más básico cuando queramos explicar qué nos ha parecido.
Es por ello que en este post os recogemos 10 términos que se usan a la hora de definir un vino en las catas, para que la próxima vez podamos demostrar que somos unos verdaderos conocedores de este fruto de la vid.
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Corto
Pese a la connotación negativa que pueda tener este término, no va ligado a la calidad del vino. Un vino es corto si su sabor se desvanece rápido, permaneciendo poco tiempo al paladar, como máximo unos 2 segundos.
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Complejo
Es una virtud. Son aquellos que pese a tener una gran variedad de matices, sabores y aromas a la vez, tienen mantienen una armonía y un equilibrio. Al paladar pueden percibirse desde dulces a ácidos o amargos simultáneamente, y es por ello que se denominan “amplios en boca”.
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Débil
Vino que no presenta caracteres bien definidos, no posee rasgos que lo distingan y que carece de personalidad. Puede ser un vino que tenga poca fruta o alcohol, hecho que debilita su potencial.
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Maderizado
Un vino maderizado es defectuoso, ya que tiene demasiado sabor a madera de roble y está oxidado. La maderización se produce cuando el vino se cría en la madera con demasiado oxígeno y temperatura, lo que acaba dándoles un olor denso y un sabor apagado.
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Plano
Sería el contrario de un vino complejo. Es aquel vino que no nos aporta nada sorprendente, que no evoluciona y que tiene unos valores organolépticos bajos, lo que significa que nuestros sentidos no lo aprecian bien. Este problema se debe a que al vino se le ha hecho un trasiego o filtrado muy intenso que ha provocado que haya acumulado pocos o ningún aroma.
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Picado
Si un vino sabe avinagrado o tiene demasiado ácido acético, diremos que es picado. Este defecto va relacionado con una mala conservación durante la fermentación y/o maceración o bien con una mala conservación una vez embotellado.
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Redondo
Al contrario de los vinos planos, los redondos son vinos que saben bien al paladar, tienen armonía, equilibrio y aroma, además de tener la justa cantidad de acidez, dulzura, taninos, alcohol, etc. Es un vino bien criado, con una densidad que no resulta pesado y nos incita a seguir bebiéndolo. Por ejemplo, nuestro PRIMUS HONDO entraría dentro de esta calificación.
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Seco
También es llamado “vino de mesa”, y se caracteriza por tener una cantidad de azúcar muy bajo. En cambio, si el vino aún contiene un poco de azúcar residual se denomina “semi-seco” o “semi-dulce.
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Tánico
Hace referencia a la estructura del vino y a su contenido en taninos. En boca se percibe astringente, duro, y hasta seco debido al exceso de esta sustancia orgánica. Los vinos blancos son menos tánicos que los tintos.
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Terroso
Como se puede deducir, es aquel vino cuyo sabor recuerda a la tierra, lo que se considera un defecto causado por un mal filtrado del carbonato de cal o la materia no purificada durante el proceso de elaboración. Es característico en los Cabernet y Merlot.
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